⛩ «Los amados por los dioses mueren prematuramente» ⛩
📚 Hoy celebramos el nacimiento de un gigante de la literatura japonesa: Ryûnosuke Akutagawa. Aunque, irónicamente, los libros que os presentamos abordan más bien la espiral de oscuridad que le llevó a la muerte a los 35 años. “Vida de un idiota” (@satoriediciones), fechado el 23 junio de 1927, sería su último relato, justo un mes antes de suicidarse el 24 de julio.
📖 Lo acompañamos de “La grulla doliente” (@quaterni_editorial) de la poetisa Kanoko Okamoto, amiga de Akutagawa, que quedó prendada de su genio, y que fue testigo de su ‘descensus ad inferos’. «Su carácter jovialmente urbano parece no tener límites, pero su lado negativo tira de él y lo conduce sin remedio hasta lo más profundo de las tinieblas».
📚 Diagnosticado de insomnio crónico y neurastenia, Akutagawa atribuía su «fatiga neuronal» al Diablo, por quien sentía una peculiar simpatía. También los mitos griegos le atraían por lo intenso de sus tragedias. Él mismo llegó a verse como el filósofo Empédocles, que se lanzó al volcán Etna para ser venerado por sus conciudadanos como un dios.
📖 Nada le satisfacía, ni siquiera su matrimonio e hijos. Sentía una soledad insondable, cada vez más difícil de ocultar, pese a su carisma social. Cézanne, Voltaire, Strindberg, Mainländer, Dostoyevsky… le acompañó una larga lista de referentes artísticos, filosóficos y literarios, que, lejos de animarle, le fueron empujando más hacia el abismo (el poeta Philipp Mainländer se suicidó a los 34 años). Akutagawa se veía a sí mismo en una encrucijada irresoluble: «Cada vez me resultaba más insoportable que, tanto modernidad como tradición, me hicieran tan infeliz.»
🌙 Qué mejor que cerrar esta reseña con el haiku de Naitô Jôsô que el propio Akutagawa cita en su “Registro de defunciones”:
Trémula niebla.
¿Y qué hago yo si no es vivir
fuera de la tumba?
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