Próximos al final de
nuestro tiempo de lectura de La chica de
Kyushu de Seicho Matsumoto, os invitamos a reflexionar sobre el misterio
mismo que rodea los crímenes de la novela.
A pesar de que hemos
comentado la atención que pone Matsumoto en la motivación de los personajes y
en la suerte de “denuncia” que hace a través de los mismos de los males en su
sociedad, Matsumoto es ante todo un escritor de misterio. Sus editores
comentaban que era un maestro en crear giros inesperados y de engañar al lector
con pistas falsas, como si de un juego se tratase.
La chica de Kyushu es también una novela negra. Su autor nos guía a
través de todas las pistas, declaraciones y evidencias de ambos casos. Excepto,
que el segundo asesinato es narrado de forma más descuidada que el primero. No
hay minucias sino corazonadas, conclusiones a la deriva. El lector, frente a la
primera tanda de observaciones sobre el caso del hermano de Kiriko, podría
pensar que esto es un desliz de Matsumoto, que quiere terminar la historia lo
antes posible.
- ¿Es este el caso? ¿Por qué Otsuka no investiga de manera minuciosa, tal y como lo había hecho antes, el segundo asesinato? ¿Por qué su empeño en contar con Kiriko en lugar de ir en pos del asesino?
¡Ya queda poco para la
sesión final!
La misma tendrá lugar en
Fundación Japón, Madrid (C/ Mayor 69, 2ª Planta) el día 28 de febrero de 18h a 19:30h. Os invitamos a seguir
el debate a través de nuestras redes sociales y a compartir allí vuestros
comentarios para que los podemos leer durante la reunión y así animar la
discusión.
¡Animaos a participar
dejando vuestros comentarios!
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