La autora de Pechos y huevos, Mieko Kawakami, es la definición de mujer polifacética: no solo se dedica a escribir, sea ficción, ensayos, blogs o reportajes en publicaciones periódicas, sino que además ha sido cantante, actriz y modelo.
Es también muy conocida por su pensamiento feminista y por estar muy comprometida con el papel de la mujer dentro de la sociedad japonesa. Es también una de las pocas personas que ha logrado compartir escenario con Haruki Murakami en una entrevista que, a lo largo de cuatro sesiones, la editorial Shinchousa terminó publicando bajo el título Mimizuku wa tasogare ni tobitatsu. En Internet se puede encontrar un fragmento traducido al inglés, en el que Kawakami interpela al autor sobre sus personajes femeninos, figuras controvertidas en su obra.
Quizás la personalidad extrovertida de Kawakami se deba en gran parte a sus raíces osakenses, en la región de Kansai. Como ella misma lo confiesa en una entrevista: “Nací y crecí en Osaka, un lugar que tiene su propia cultura. Ya sea contando números o leyendo unos sutra, tenemos una melodía que no encontrarás en ningún otro lugar (…) las relaciones del día a día dependen de que el interés en lo que se dice no decaiga. No puedes dejar que la gente se aburra, tienes que interesarlos en tu conversación”. En efecto, el dialecto que se usa en esta región, el “kansai ben”, tiene una musicalidad y un ritmo propio que la autora usó al escribir su novela corta Chichi to ran, ganadora del Premio Akutagawa en 2007, y que en castellano se publicó bajo el nombre de Senos y huevos (SD Ediciones, 2013). Este relato se convirtió en un éxito de ventas instantáneo, cuyo estilo directo, sencillo y a la vez íntimo le valió el cariño inmediato de los lectores. Kawakami admite que no suele usar el dialecto de su Osaka natal en sus obras, pero que por su propio ritmo permite “[crear] un espacio donde no está mal visto reír, aun cuando la situación sea trágica, es decir, muy triste o dolorosa. La actitud en Osaka es de gente fuerte, con una mentalidad de ‘¡vamos adelante!’. Para sobrellevar los tiempos difíciles, tienes que saber reír a pesar de las lágrimas.” Pasados diez años, en 2017, Mieko Kawakami sorprende al público abordando nuevamente Chichi to ran, reelaborando la original y añadiendo una historia paralalela, la de Natsu, quien se había limitado a ser la narradora en la primera parte.
Kawakami cuenta que, al escribir su historia original, carecía de la experiencia y de las herramientas para abordar todos los temas que quería plasmar, y que la vida, el oficio y las lecturas se encargaron de darle. La segunda razón fue lo suficientemente importante para que tuviera un lugar destacado dentro de la historia: la lectura de testimonios de personas concebidas por inseminación artificial. Esto la llevó a investigar sobre el tema y a darse cuenta de la poca agencia que tenía la mujer japonesa sobre su propio cuerpo, particularmente a la hora de tener hijos. Con la historia de Natsu, Kawakami se da licencia para explorar en profundidad la relación que tienen las mujeres con su propio cuerpo, así como las expectativas que la sociedad tiene sobre ellas.
- La voz de Kawakami es muy particular, y no teme poner en evidencia a la sociedad. ¿Qué elementos o temas os llamaron la atención del libro al leerlo?
¿Os animáis a participar en nuestra sesión final de debate? Será virtual a través de ZOOM el viernes 26 de noviembre en dos turnos con un aforo máximo de 10 personas: de 16h a 17:30 o de 18h a 19:30. Para inscribirse basta con enviar un email a biblioteca@fundacionjapon.es con el título "Pechos y huevos" y vuestro nombre y apellidos, el horario de la reunión a la que quiere asistir y un número de contacto.
¡Feliz lectura!
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