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Club de lectura: Territorio de luz - semana 2 – Amaenbo

Nuestro libro de junio, Territorio de luz fue el segundo que publicó después de Chōji (La hija predilecta) y forman un primer “período”, en el que la autora se concentra en la figura de la mujer como madre, esposa y mujer. 


Al respecto, la autora confiesa en la misma entrevista al Chicago Tribune que “Jamás he escrito sobre mujeres felices. No es porque me guste la infelicidad, sino porque creo firmemente que el infortunio no es del todo malo. La felicidad puede arruinar a las personas. Quienes son felices pueden perder la sensibilidad y como resultado, se empobrecen en cuanto a calidad humana…. No todas las mujeres son infelices, pero las mujeres están en desventaja con respecto a los hombres por el simple hecho de ser mujer.” 

En el caso de nuestra protagonista, su gran sufrimiento no es únicamente el de encontrarse madre soltera de una niña pequeña, sino el vacío que ha creado en su vida perder la protección y privilegios que conlleva ser “esposa de”. Para quienes consideran que el matrimonio es un vínculo de amor e igualdad entre dos personas, resulta extraño el comportamiento de esta mujer y quizás lo achaquen a diferencias religiosas o históricas. Sin embargo, se estaría pasando por alto un elemento del vínculo matrimonial que explica, a su manera, que la protagonista del relato sea tan pasiva en cuanto a su relación con el mundo, así como su constante sed de compañía: el amae

La traducción más cercana sería, como lo indica el psicoanalista L. Takeo Doi, cuya labor investigativa en el campo de la psicología se centra en el amae y las relaciones de dependencia,  depender de la benevolencia del otro. A pesar de que no es una idea o sentimiento ajeno a los occidentales, pero que el hecho de que en Japón tengan una única palabra para describir este sentimiento señala la importancia del amae en cuanto a las relaciones humanas. En su texto, Doi da un ejemplo de amae, tomado de una sesión con un paciente, estudiante de Derecho. El joven quería encontrar un asistente, no para compartir la carga de trabajo sino "parecer como si fuese el responsable de sus actos, pero en realidad depender por completo de su asistente, que sería quien verdaderamente cargaría con la carga [del trabajo]" (Doi, pág.127). Un ejemplo claro de este amor-dependencia lo vemos en todos los personajes de la novela, que en su mayoría se ven de un día para otros alejados de ese amae, huérfanos del sostén que dan las relaciones interpersonales. 

Ahora bien, la protagonista de Territorio de luz, cual si fuera una paciente de Takeo Doi, va cayendo en cuenta a lo largo de la novela de sus sentimientos de dependencia y de cómo éstos no le había permitido "apreciar la importancia de su propia existencia ... es un paso adelante en el emerger de una nueva conciencia del yo" (idem, pág.122). Tsushima lo tiene muy claro, cuando declara en una entrevista que “En lugar de un verdadero examen de conciencia, muchas parejas dependen el uno del otro y se siente a gusto entre ellos. Pero creo que las mujeres que están replanteándose este tipo de relación está al alza.

La protagonista está justamente en este estadio de reconocimiento; una mujer que ha sido dejada a la deriva con una niña pequeña, un trabajo a tiempo completo y una vida en pedazos. No es ninguna heroína que salva la situación con aplomo, ni es ninguna feminista que busca cuestionar abiertamente las estructuras sociales de su momento, ni es una madre abnegada. Tsushima nos entrega una mujer tridimensional que lucha con sus luces y sombras, que quisiera disfrutar del amae al tiempo que saborea su nueva independencia. 

La tridimensionalidad del personaje sin duda alguna debe mucho al estilo de la novela shishosetsu o “novela del yo”, un género que el Club ha tenido oportunidad de leer en varias oportunidades. A pesar de que se le suele llamar “novela confesional”, la shishosetsu se diferencia por mezclar personas, lugares y momentos concretos e identificables con interpretaciones personales de la realidad “real”, secuencias oníricas y fantasías del narrador, lo que da la sensación de un viaje sin filtros por la mente del protagonista.

  • ¿Os gustó la forma de narrar de la novela, con la mezcla constante de realidad y sueño?
  • ¿Habéis simpatizado en algún momento con la protagonista?

La sesión presencial será virtual a través de ZOOM el viernes 24 de septiembre en dos turnos con un aforo máximo de 10 personas: de 16h a 17:30 o de 18h a 19:30. Para inscribirse basta con enviar un email a biblioteca@fundacionjapon.es con el título "Territorio de luz" y vuestro nombre y apellidos, el horario de la reunión a la que quiere asistir y un número de contacto.

¡Feliz lectura!


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