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Selecciones de la biblioteca: Diario de una vagabunda, de Fumiko Hayashi

“Soy un barco que naufragó y se hundió hasta el fondo. No es que el agua salpique, sino que bebo el agua de mar a grandes tragos.”

En esta obra entre la realidad y la ficción, Fumiko Hayashi (1903-1951) retrata la vida de una joven con aspiraciones literarias que, debido a su situación precaria, se ve obligada a vagar de trabajo en trabajo, de amante en amante, sin tener nunca un lugar al que llamar hogar. Pero, a pesar de los sinsabores de la vida, la protagonista no se da por vencida y persevera, lo que le ganó una gran popularidad desde el momento que empezó a publicarse por entregas en 1928. 

La propia Hayashi tuvo también una vida complicada, aunque eso no hizo mella alguna en su pasión por la escritura. Hija de vendedores ambulantes, Hayashi no contaba ni con educación universitaria ni  con estabilidad económica, mas logró abrirse paso en medio de la escena literaria de Tokio y ser una escritora de mucho renombre y sumamente prolífica: publicó casi trescientos libros.

Diario de una vagabunda es una de sus obras más célebres. Su estilo literario resultó impactante para la época: Hayashi intercala entradas de un diario con pequeños poemas, dando una sensación de collage de recuerdos. En vez de recurrir a una prosa artificiosa, redacta usando frases directas que recuerdan al estilo zuihitsu o de “pluma libre” como el usado por Sei Shonagon en El libro de la almohada. Además, la deliberada omisión de nombres y fechas obliga a enfocarse en el torrente emocional de la protagonista.

Es, en definitiva, una obra que ha mantenido su frescura, tanto a nivel estilístico como emocional y supone una lectura imprescindible para aquellos interesados en la literatura japonesa del siglo XX.





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