El mes pasado nuestros miembros descubrían que Gokumon-tô no era una novela de misterio típica. Si bien se sentía la influencia de, por ejemplo, Agatha Christie, el crimen resultaba casi secundario. Esto no es azar ni torpeza, sino una decisión consciente de un grupo de autores que vio en la novela de misterio un vehículo de innovación literaria. Para los lectores occidentales que estamos acostumbrados a concentrarnos en el misterio, esto puede resultar chocante o incluso repelente.
Edogawa Ranpo con el ero-guro-nansensu, los crímenes de ciencia ficción de Yumeno Kyûsaku y la mezcla de folklore y fantasía de los misterios de Kidô Okamoto. Estos son los primeros nombres que se nos vienen a la mente cuando pensamos en la subversión de la novela de misterio a manos de japoneses. Si bien son todos pioneros en sus respectivos estilos, ninguno como Seicho Matsumoto, nuestro autor de febrero, quien usó como base el género policíaco para expresar veladamente (y a veces de manera muy obvia) las injusticias sociales que vivía Japón a mediados de los 1900s.
Si Seishi Yokomizo escribía sobre una sociedad cambiante, Matsumoto nos muestra una sociedad doliente, injusta y corrupta. Sus casos enfrentan la bondad innata de personajes sencillos contra la perversidad de los que están en el poder. La llamada “novela criminal social” (shakai-ha) quizás se corresponde con los ideales políticos del propio Matsumoto y de una izquierda que comenzaba a militar en el Japón de la posguerra, pero el mismo autor insistió siempre en que “El motivo: eso es lo que me interesa”.
La reunión final será en Fundación Japón, Madrid (C/ Mayor 69, 2ª Planta) el día 28 de febrero de 18h a 19:30h. Lamentablemente las plazas se han agotado, pero siempre podéis seguir el debate aquí en el blog o en nuestro Instagram y dejar allí vuestros comentarios.
¡Feliz lectura!
Edogawa Ranpo con el ero-guro-nansensu, los crímenes de ciencia ficción de Yumeno Kyûsaku y la mezcla de folklore y fantasía de los misterios de Kidô Okamoto. Estos son los primeros nombres que se nos vienen a la mente cuando pensamos en la subversión de la novela de misterio a manos de japoneses. Si bien son todos pioneros en sus respectivos estilos, ninguno como Seicho Matsumoto, nuestro autor de febrero, quien usó como base el género policíaco para expresar veladamente (y a veces de manera muy obvia) las injusticias sociales que vivía Japón a mediados de los 1900s.
Si Seishi Yokomizo escribía sobre una sociedad cambiante, Matsumoto nos muestra una sociedad doliente, injusta y corrupta. Sus casos enfrentan la bondad innata de personajes sencillos contra la perversidad de los que están en el poder. La llamada “novela criminal social” (shakai-ha) quizás se corresponde con los ideales políticos del propio Matsumoto y de una izquierda que comenzaba a militar en el Japón de la posguerra, pero el mismo autor insistió siempre en que “El motivo: eso es lo que me interesa”.
- ¿Qué temas quiere destacar Matsumoto en La chica de Kyushu?
- ¿Qué crímenes se comenten en esta novela?
La reunión final será en Fundación Japón, Madrid (C/ Mayor 69, 2ª Planta) el día 28 de febrero de 18h a 19:30h. Lamentablemente las plazas se han agotado, pero siempre podéis seguir el debate aquí en el blog o en nuestro Instagram y dejar allí vuestros comentarios.
¡Feliz lectura!
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