La forma de ver el amor romántico en Japón nos puede parecer diferente a lo que estamos acostumbrados. Ya sea en formato libro, manga, película o serie televisiva, una de las características que más destaca de este tipo de historia es que sus protagonistas suelen ser jóvenes que no han salido del colegio.
Los caracteres que se usan para la palabra que describe este momento de adolescencia, marcado por la intensidad de la experiencias y la pureza del primer amor, son 青春, es decir, “la primavera azul” (leído como seishun). Una imagen hermosa, sin duda, que dista un poco de nuestra concepción de adolescencia como algo doloroso, incómodo y de lo que muchos quisiéramos escapar.
En Japón, en cambio, la adolescencia es el momento de florecer de los sentimientos, de ser espontáneos y de crear lazos y recuerdos que “sostengan” el resto de la vida adulta. Es el momento por antonomasia del amor y de ser amado, cuando podemos entregarnos sin reparo a sabiendas que será la primera vez y, por tanto, cuando vivamos la reciprocidad de esa primera entrega con mayor pasión. Es por esto quizás que una gran parte de las obras que tratan el tema del “amor puro” o “amor verdadero” se ubican en este momento vital.
- Queda como reflexión pensar qué sucede una vez la llama de este amor adolescente se apaga. En nuestro libro de julio, Un grito de amor desde el centro del mundo, Kyoichi Katayama juega con la idea del pasar del tiempo y de qué sucede una vez se ha marchitado. Después del romance y de la pasión ¿qué queda? ¿Qué tipo de relación sobrevive a los rescoldos del amor y qué augura esto para el futuro de los protagonistas del libro?
- Después de los libros leídos en este ciclo, ¿cuáles diríais que son los ingredientes para una historia de amor?
¡Feliz lectura!
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