Ya que estamos en octubre, tengamos una charla bibliófila. ¿Qué son los libros para vosotros?
Esta es una pregunta que tendrá tantas respuestas como lectores (y
no-lectores) hay. Para algunos serán una compañía, para otros serán un lujo, un
peso, un tedio, una aventura. Habrá quienes siempre tengan uno cerca de sí y
otros que no pueden esperar hasta verse libre de ellos. Algunos sufrirán de tsundoku, esa expresión japonesa que
señala el impulso incontrolable de comprar libros, mientras que otros no
tendrán problemas en recordar la regla de oro de Marie Kondo y tendrán unos
pocos volúmenes en casa, aquellos que los hagan felices.
Nuestra autora de este mes en el Club de lectura, Mitsuyo Kakuta, sin duda
alguna nos diría que los libros fueron sus maestros y sus custodios. En todas
sus entrevistas siempre sale a relucir el amor que tiene por los libros y por
los espacios en los que estos habitan, así como la relación “revolucionaria”
que tuvo de pequeña con ellos. En palabras de Kakuta “De niña, se me daba fatal hablar
con otros, por lo que simplemente no hablaba con nadie. Al hacer esto, nadie
podía comprenderme, pero para mí era algo normal…. Tan solo me quedaba quieta y
‘enviaba’ mis sentimientos como por
telepatía hasta que alguien se diera cuenta de ellos.” La gran revelación llegó de las
manos de los libros, quienes le enseñaron el vocabulario y la gramática
necesaria para poner esos sentimientos en papel. A los siete años ya escribía
pequeños ensayos para su clase de Lengua en el colegio y, poco después,
vinieron las historias. “Poner mis
sentimientos en palabras, luego en frases escritas y después hacer que alguien
las leyese para darme a entender. Esta idea me hizo sentir eufórica”. En uno de los ensayos declaró que sería escritora y, desde entonces, no
solo no ha dejado de escribir, sino que jamás ha ocupado ninguna otra profesión. Mitsuyo
Kakuta es una de las escritoras más conocidas y leídas de Japón, habiendo
recibido el premio Kaien, el premio Noma y el premio Naoki, entre muchos otros.
En nuestro libro de octubre, La cigarra del octavo día, vemos cómo tanto la lectura como la escritura juegan un papel fundamental para la joven Erina y para Chigusa. Ambas acciones permiten hacer frente a realidades difíciles, a entender y sobrellevar pérdidas, a revivir pasados para verlos desde todos los puntos de vista posible. El personaje de Chigusa, quizás haciendo eco de la pequeña Kakuta, lo dice en el libro “… pero tenía que escribirlo a pesar de todo, por mucho que no pudiera resolver todas mis dudas y preguntas.” (pág. 152). El acto de leer y de escribir, que celebramos con el dokusho no aki, es un acto de volver a nacer, de cambiar con cada nueva página, de abrir espacio en nuestra alma para alojar todos los personajes, las dudas, sentimientos telepáticos y “quizás” que nuestra corta vida humana no alcanzaría a experimentar. Quizás los lectores serían como esa cigarra del octavo día, “La cigarra del octavo día puede ver cosas que las demás no ven. Quizá no quiera, pero después de todo no es tan terrible. No hay necesidad de cerrar los ojos.” (pág. 221)
- ¿Tenéis alguna experiencia lectora que haya cambiado vuestra vida? ¡Compartidla en comentarios!
¿Os animáis a participar en nuestra sesión final de debate? Será virtual a través de ZOOM el viernes 22 de octubre en dos turnos con un aforo máximo de 10 personas: de 16h a 17:30 o de 18h a 19:30. Para inscribirse basta con enviar un email a biblioteca@fundacionjapon.es con el título "Cigarra" y vuestro nombre y apellidos, el horario de la reunión a la que quiere asistir y un número de contacto.
¡Feliz lectura!
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