¿Cómo vais con Una cuestión personal de Kenzaburo Oe? ¿Se os está haciendo cuesta arriba?
Si es así, sabed que no estáis solos. Oe como persona es sumamente cercano y hay muchas entrevistas con él en Internet, por lo que es fácil escucharlo hablar sobre su obra y sobre su pensamiento. Sin embargo, la accesibilidad termina aquí. Oe-escritor es un muro, es una lucha para quien lo lee: su estilo que violenta al lector, su prosa que es como un staccato ensordecedor o largo y laberíntico. Todo nos repele.
Sin embargo. Oe deja muy claro en su discurso de aceptación del Nobel de Literatura en 1994 que su intención es ser un puente, resultar cercano a la condición básica del ser humano. Oe, como su fuese un mártir de la humanidad, intenta cargar con nuestras debilidades, nuestras atrocidades y cicatrices en sus libros, para aligerar nuestras heridas colectivas, “mi escritura parte desde mis experiencias personales y se va conectando con la sociedad, el estado y el mundo.”
La novela de Kenzaburo Oe no es entonces, una novela meramente autobiográfica, como aseguran muchos. Es, por supuesto, un acercamiento muy personal a la literatura, y es cierto que en su obra repite una y otra vez los mismos temas, abordándolos desde todas las perspectivas, renovándolos con algunos detalles. Su hijo y la guerra son los compañeros de viaje literarios de Oe, son representaciones de su mundo. Pero los personajes no son simples alter-egos. Los personajes que crea Oe, la razón real por la que leerlos duele, es porque se parecen también a cada uno de nosotros, y pasar las páginas se convierte en un proceso casi catártico, donde vamos descubriendo los abismos en los que cae el ser humano. El autor logra, sin que nos demos cuenta, englobar en unas pocas páginas “la voz de un alma triste y llorosa” llamada humanidad.
Para esto, el autor echa mano a un recurso que nos puede sonar particularmente occidental, porque en toda justicia lo adopta de Rabel: el carnaval. Lo carnavalesco, lo exagerado, lo degradante y repulsivo es su manera de interpelar al lector y hacerlo caer en cuenta de la hipocresía en la que vive, de su cómodo ensimismamiento. Por tanto, en Una cuestión personal, como si fuera un carnaval, todo se trastoca: el médico no salva al paciente, el marido se hunde en el alcohol, la abuela se desentiende del nieto, la viuda sigue viviendo buscando la muerte rápida. Las imágenes también dan la sensación de final de festival, donde solo queda lo grotesco y desagradable, el triste rescoldo del exceso. Oe se cuida de no llamar a sus compatriotas escritores, como si fuese el arte el encargado de curar las heridas de la humanidad. Eso es trabajo de cada quien, como lo fue para Bird, como lo fue para el Japón de posguerra y como lo será para nuestro mundo de hoy. En la “correspondencia de elementos cósmicos, sociales y físicos, en la superposición de la muerte y la pasión por el renacer” Oe encuentra los “métodos literarios alcanzar la universalidad a una persona como yo, nacida y criada en lo periférico, lo marginal y no-centro de un país periférico, marginal y no-centro como Japón.” Encajando con el tema de lo carnavalesco, Oe considera que el arte puede curar heridas, pero que los artistas tan solo puede ser un espejo y mostrar el malestar, o bien un payaso “Confrontado por el poder o con algo que esté relacionado con esto, el payaso, apoyándose en su estatus de outsider, de elemento al margen, suscita preguntas, critica y se ríe de todo bajo el sol… Este es el tipo de función del payaso que quisiera asumir como escritor."
Cuestionaos entonces lo que leéis. Interpelaos y hacer la pregunta terrible: ¿por qué me cuesta tanto? Y luego probar a escribir a vuestro turno. Oe cree en el poder salvífico del arte y nos invita a, igual que lo hace él y también su hijo Hikari, “curarnos de nuestra oscura tristeza”.
- Cuando tenéis un problema o un mal momento, ¿qué hacéis para liberaros de la tensión? ¿Escribís como Oe? ¿Corréis como Haruki Murakami? ¿Entrenáis como Yukio Mishima? ¿Componéis poesía como Natsume Sôseki?
La reunión final será virtual a través de ZOOM el viernes 23 de octubre. Se han agotado las plazas, pero siempre podéis participar a través de nuestras publicaciones de reflexión y, por supuesto, de nuestro InstaLive en Instagram el jueves 22 de octubre a las 19h. ¡Muchas gracias por todo vuestro apoyo!
¡Feliz lectura!
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