¡Bienvenidos a un
nuevo ciclo de lecturas del Club! ¿Listos? ¿Tenéis bien puesto el abrigo?
Porque nos vamos al País de Nieve, de
Yasunari Kawabata.
¿Sois de los que
comenzáis por el prólogo de un libro, si lo tiene, o preferís disfrutar sin
mediación de la historia? Es un verdadero placer zambullirse de lleno en una
novela pero en el caso de los grandes clásicos como Kawabata, herederos además
de una cultura y de unos códigos muy lejanos a los nuestros, leer un prólogo
ayuda a formar parte del “club de los iniciados”, por decirlo de alguna forma.
El placer será doble, puesto que podremos entender las referencias veladas y
los “chistes internos”. Es por esto que, en esta sesión de debate, nos hemos querido
dedicar a señalar y reflexionar sobre algunas características destacables del
autor y de su obra, para complementar la lectura.
Contemporáneo de
Yukio Mishima y Riichi Yokomitsu, Yasunari Kawabata vivió (y sufrió) las
reformas políticas de los años 1920 y la Segunda Guerra Mundial. Quedo huérfano
muy joven cuando la muerte de sus allegados, uno tras otro, le priva de la
única familia que conocía. Su gran amigo Yukio Mishima se suicida y, según
algunos reportes, vuelve desde la tumba para perseguirle en pesadillas. Todos
los personajes de sus obras parecen estar tocados por la sombra de la soledad y
la melancolía, igual que el propio autor. Los estragos de la guerra le llevaron
a decir que “A partir de ahora solo escribiré sobre el
dolor y la belleza de Japón. Viviré con las montañas y los ríos de Japón como
si fueran mi propia alma.”
Opuesto al
Naturalismo y a la literatura proletaria, Kawabata buscó crear un estilo
personal en su arte, definiéndose como adherente de la Shinkankakuha, o Escuela
de la Nueva Impresión, un movimiento artístico a través del cual quería
expresar en toda la plenitud las nuevas sensaciones de su tiempo. Esto lo logra
conjugando imágenes y referencias propias del imaginario japonés con técnicas
como el monólogo interior y el encuadre cinemático de la acción. En efecto,
este autor era un gran erudito tanto de la literatura japonesa, particularmente
la poesía y los textos budistas, como de literatura extranjera, aunándole
técnicas propias del psicoanálisis, del modernismo y del cine.
He aquí una
primera clave para adentrarnos en la estética de Kawabata, una que es
fundamental: la yuxtaposición. Al leer País
de nieve el lector puede llegar a sentirse bombardeado por imágenes
aparentemente inconexas o que se contrarían entre sí. En la obra es mucho lo
que no se dice y muchas las imágenes que se suceden la una a la otra,
apilándose como pequeñas montañas de nieve y que pueden llegar a
desorientarnos. Kawabata supo conjugar a la perfección dos tendencias en este
sinsentido, a saber, la escritura de los poemas haiku y la idea moderna del
fluir de la conciencia, todo bajo la exquisitez de su lenguaje.
Los trazos de ese
fluir de la conciencia son claramente visible, en primero lugar, en la elección
de Shimamura como el narrador. Las ideas saltan de un lado al otro sin orden,
tal y como lo harían en una persona que se deleita con sus alrededores, y que
ya posa su atención en una cosa como en la otra. Tal y como proponían los
partidarios del Shinkakakuha, había
que dar cabida a la experiencia humana moderna en el arte y esa experiencia no
puede ser contenida en la formalidad fija y lineal de una novela, sino que nos
ataca, por así decirlo, desde todos los ángulos y a través de todos los
sentidos.
Por otro lado, el
amor de Kawabata por la poesía tradicional japonesa se ve claramente reflejado
en la elección de las imágenes y, aún más, por cómo las relaciona entre sí, como
si de un haiku se tratase. Estos pequeños poemas de diecisiete sílabas
buscan captar un instante de belleza fugaz con la yuxtaposición de imágenes
aparentemente incongruentes. El placer que saca el lector es aquel que deriva
de sus propias impresiones (conclusiones) a partir del contraste, desde lo
no-dicho. Kawabata crea, pues, País de
Nieve como un haiku tremendamente largo, bebiendo de la costumbre japonesa
de inferir y dejar inferir.
- ¿Cuál ha sido la imagen que más os ha impactado en el libro? ¡Poned vuestra cita favorita en los comentarios!
Las plazas para la reunión virtual se han agotado. ¡Muchas gracias por todo vuestro apoyo!
Para aquellos que
no puedan participar en la sesión presencial os recordamos que todos los
viernes del mes de mayo animaremos la lectura publicando en nuestras redes
sociales (aquí en el blog y en Instagram) preguntas de reflexión y debate.
¡Feliz lectura!
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